Las variedades de cannabis autoflorecientes son un gran avance para los cultivadores. Estas semillas ofrecen plantas que florecen automáticamente sin cambiar el ciclo de luz.

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Utilizando un buen sustrato, las fertilizaciones no serán necesarias durante los 15-20 primeros díFigura de vida de las plantas, aunque aplicar un estimulador de raíces en los primeros riegos ayudará a crear rápidamente un sistema radicular esforzado y sano. A partir de aquí podemos utilizar fertilizantes y estimuladores como en cualquier otra planta de maría. Un buen lavado de raíces más o menos de la finca-sexta semana de vida ayudará a mantener el nivel de sales de sustrato en niveles bajos.

Sí buscas una planta capaz de darte más de 150 gramos en 70 díTriunfador, la Jack 47 Automóvil es la cepa que estás buscando, aunque que brinda individuo de los efectos más potentes del mercado. Es una cepa que se formó a través de dos genes cuyas plantas son de renombre en el mundo del cannabis: la Jack Herer y la AK read more 47.

Durante la etapa de crecimiento, algunos opinan que es preferible plantar la semilla germinada en jiffy o tiesto pequeño, y luego transportarla a una maceta de mayor tamaño cuando comiencen a verse las hojas.

El tamaño de las macetas y el uso de los fertilizantes es idéntico al descrito en el anterior apartado de cultivo en extranjero.

La producción media de estas plantas oscila more info entre los 30 y 60 gramos, dependiendo evidentemente de la variedad escogida. Las autoflorecientes necesitan mucho Sol u horas de faro para adivinar buenos cogollos y producción.

Solo en el caso de que el criador encuentre algún clon élite que ceda mejores caracteres a la descendencia manteniendo los rasgos característicos de la variedad, se sustituye algún parental, y esto no suele ser poco frecuente. La desventaja de utilizar siempre los mismos parentales es que de esta forma las poblaciones de semillas comerciales no evolucionan, ni para perfectamente ni para mal, simplemente se mantienen sus frecuencias génicas constantes al utilizar siempre los mismos parentales para producir la semilla comercial.

Y como receptores del polen utilizamos el clon élite al que queremos introducir los genes de autofloración.

De esta forma, comenzaron a criar y cruzar semillas con la capacidad de “autoflorecer”, dando lado a las semillas autoflorecientes.

Las semillas autoflorecientes se obtuvieron cruzando variedades de la familia índica con una subespecie del cannabis emplazamiento rudelaris.

No es que sean aptas, sino que son muy recomendables, luego que su pequeña calidad les confiere un grado de discreción que las hace ideales para plantar en un terraza o terraza. Además, su corto ciclo de vida permite que haya menos tiempo material para que cualquier vecino o cotilla las descubra.

Una hipóargumento sería que este tipo de variedades desarrollaron esta característica específico de autofloración porque les supuso una preeminencia read more adaptativa que les permitía florecer y producir semillas en el corto periodo de buen clima, perpetuando Vencedorí su especie en estos inhóspitos parajes.